1/23/2009



le pinta la cara en dos mitades a rayones, como con humo de coche y pijerío, hace frío, como explosiones pequeñas, explosiones de gas entre la arena.

le enseña la jabalina con escopeta y se la mete fácil por la barriga, que se joda, en parte.
cayendo por las escaleras con un huevo de cintas.

las nubes están bastante suaves hoy. como si hubieran salido tranquilas.

le dice de ir a la carnicería, llevándolo hasta la pared desangrando y las carnes de mosquitos, muchos mosquitos, besándole muchas piedras y muchos días por ahí,

quedaron a las cuatro o así.
le dijo alguna gilipollez de qué bonitos son los gatos, qué independientes


cuando llegan al parque están los cuatro de siempre, uno de ellos rubio, ultimamente bastante amigo, después no lo será, algún día será como una cerveza, tragándose rubia por la garganta y la cabeza mientras el dardo te cae en el ojo



dándole cuchilladas, dandole con el maquillaje hacia partes, los rojos y los blancos, las partes rojas y blancas,


la tía que está en frente con dibujo de compañía aérea, las piedras secas le destrozan los pelos como si la despelusaran con escopeta,
la gente de mierda tiene cincuenta años desde que nacen

el pelo rubio en coleta, poniéndoselos por la cara a la camarera, al final el baño es sólo para los empleados, ella no quiere entrar, dice que follaría, que no le importa, quieres tirarla por los aires?
no quiere pensar mucho, no hay nada debajo de nadie, nada que no haya tenido ya, nada que no se vea ni se toque.