lloviendo gente y palmeras y el colegio y a la salida

le dice que venga encendiendo el mechero, dándole al chasp en verde.

como si lo hubiera visto mil veces con mucha sangre por todas partes, la sangre llenando la casa y la sangre por todas las partes, saliendo del coche como si las ventanas fueran estando estallándose de mucha carne. como si la sangre fuera de los dos y nada pegajosa.


le llega la luz de la tele.

luces rojas y verdes como si fueran a un restaurante nuevo, viéndose en el bordillo.

con los cigarros entre la arena y encontrándolos


tiene una camisa negra con un esqueleto, es normal, pero las mangas le llegan hasta más allá del codo.

con el pelo muy largo se ve cómo le entran en la salsa de los nuggets, de madrugada y hasta el final, el pelo se pega a la salsa agridulce,

abriéndole la puerta como si fueran su padre los camareros